SERMÓN
“DAD GRACIAS EN TODO...”
Texto: I Tes. 5:18: “Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.”
I. Introducción
Hoy es un día especial para agradecer. El sentimiento de gratitud debe ser un modo de vida para el cristiano. En 1 Tes. 5:18, Pablo dice: “Dad gracias en todo.”
¿Será que todo debe ser motivo de gratitud? A veces, las cosas no van muy bien, enfrentamos problemas y dificultades, pero aún así, debemos ser agradecidos. ¿Cómo puede ser? Este es nuestro tema: GRATITUD.
Pablo está escribiendo a la iglesia de Tesalónica. Los creyentes de ese lugar vivían perplejos: algunos estaban desconsolados por causa de sus parientes fallecidos; otros andaban ociosos y desordenadamente; y otros se sentían tentados a regresar a sus vicios paganos. Además, la persecución era intensa. Pablo escribió un mensaje que llevaba consuelo, fe y esperanza a estos creyentes. En el capítulo 1, Pablo menciona la gratitud como una conducta de vida.
II. Felicidad, oración y gratitud – I Tes. 5:16-18
“Dad gracias en todo”, “Regocijaos siempre” y “Orad sin cesar”, son tres actitudes que están ligadas entre sí, y hoy Dios quiere decirnos la misma cosa.
1ª Actitud – Regocijaos y alegraos – I Tes. 5:16; Fil. 3:1; Fil. 4:4; 2 Cor. 6:10 Aún viviendo una vida de contrastes, pobres pero ricos – pobres de bienes de este mundo, pero ricos en la plenitud de Cristo –, Pablo quiere enseñarnos que ser cristiano ya es un motivo de alegría. El espíritu de gratitud comienza con esta actitud: ¡ALEGRÍA! Podemos alegrarnos porque Cristo perdonó nuestros pecados, porque no tenemos más una conciencia culpable y porque la paz de Dios llena todo nuestro ser. La anticipación de la felicidad futura es motivo de alegría. ¡En Cristo, la vida eterna comienza hoy! (Juan 17:3). Esto es un motivo para alegrarnos. Pablo dice en Romanos 8:28, que: “todas las cosas les ayudan a bien”. El cristiano no tiene motivos para estar triste. Los que viven quejándose no tienen una religión verdadera.
2ª Actitud – Orad sin cesar – I Tes. 5:17
La oración es la respiración del alma. Nadie elige partes del día para respirar o parar de respirar. Respirar es tan importante que es un movimiento involuntario. Respiramos independiente de nuestra voluntad. Así debe ser la oración en el plan espiritual del cristiano. Jesús, igualmente compartía esa idea de orar siempre (Lucas 18:1). Por lo tanto, nunca debemos cortar nuestra relación con el Cielo. Pablo trabajaba día y noche (I Tes. 2:9) y oraba día y noche (1 Tes. 3:10).
Las actividades de Pablo no le impedían orar ni sus oraciones impedían sus actividades. Siempre mantenía una viva relación con Dios.
Quien ora más, es más feliz. Quien ora más, es más agradecido. Quien ora más, es más fiel. Quien ora más, peca menos. Por eso, la segunda actitud para mantener un espíritu de gratitud es la oración incesante.
3ª Actitud – Dad gracias en todo – I Tes. 5:18
La palabra de Dios nos enseña que un espíritu de gratitud no está basado en cosas que suceden. La gratitud no aumenta cuando suceden cosas buenas y disminuye cuando surgen imprevistos o dificultades. La gratitud es una actitud constante, por eso, Pablo dice: “Dad gracias en todo.”
Esto involucra todas las circunstancias de la vida, sean de alegría o de dolor. Fil. 4:6; Col. 4:2.
Aún las cosas que aparentemente puedan estar contra nosotros, contribuirán para nuestro bien, porque Dios no pedirá que seamos agradecidos por aquello que nos perjudica.
Daniel agradeció cuando supo del decreto del rey para quitarle la vida (Dan. 6:10).
Pablo nos enseña a ser agradecidos aún cuando las circunstancias sean adversas (Hechos 27:20 y 35). La gratitud promueve la salud y la alegría en la vida de cada uno de nosotros. Por eso, la gratitud debe ser un modo de vida del cristiano.
III. La voluntad de Dios en Cristo Jesús – 1 Tes. 5:18
Pablo está diciendo que la voluntad de Dios es que seamos alegres.
Oremos constantemente y seamos agradecidos.
Dios está atento a todos los detalles de nuestra vida, pero tiene una preocupación especial con nuestra “salud espiritual”. Desea nuestra felicidad, desea que oremos mucho y desea ver nuestra gratitud. Cuando fracasamos en la alegría, en la oración y en la gratitud, no estamos cumpliendo la voluntad de Dios.
IV. Conclusión
La voluntad de Dios se manifiesta en Cristo y, cuando observemos la vida de Cristo, nos daremos cuenta cuál es la voluntad de Dios como cristianos. En ningún otro encontraremos un modelo perfecto de felicidad, de constante oración y de gratitud. Vamos a mirar a Jesús, vamos a seguir Su ejemplo. Que Él sea nuestro modelo perfecto, que motive en nosotros un nuevo comportamiento a partir de hoy, una actitud de alegría por la salvación que tenemos en Él, una actitud de oración constante por nuestra dependencia completa de Dios y una actitud de gratitud por todo lo que nuestro Dios es para nosotros. Que esta sea nuestra experiencia. Amen